Seguro que este fin
de semana entre San Valentín, los Carnavales y las comidas familiares de los
domingos no hemos hecho otro cosa que comer y beber. Por eso para rebajar esas calorías extra hoy os propongo
dar un pequeño paseo y descubrir los rincones de uno de los barrios más
antiguos de Murcia, el Barrio de San Pedro.
Si el Barrio de Santa María – San Bartolomé puede considerarse el más antiguo de la
ciudad, el barrio de San Pedro forma parte también de ese núcleo inicial de la
Murcia más antigua. San Pedro es el barrio que me vio crecer, un barrio que me
encanta, lleno de historia e historias, repleto de tradiciones, de restos
arqueológicos, de estrechas calles, de tapas, de bares, de buena gente... Un
lugar donde lo tradicional y lo moderno conviven en total armonía.
Iniciamos nuestra ruta en la Plaza de San Pedro, situada en pleno corazón de la ciudad de Murcia.
Una plaza donde se agrupaban desde la Edad Media el rico Gremio de zapateros cuyos patronos (San Crispín y San Crispiniano) ocupan un lugar importante en el retablo mayor de la iglesia de San Pedro, y el Gremio de toquería y pasamanería (en sus cercanías se encontraba la calle de la Lencería y en la propia plaza estaban hasta el siglo XX los principales comercios de tejedores de felpas, monteneros y sombrereros). No debéis dejar de visitar en noviembre el Mercadillo Tradicional de Todos los Santos.
En la Edad Media,
durante la dominación árabe, esta plaza era el origen de un gran vial comercial
que atravesaba la ciudad de Murcia y que parece ser terminaba en la actual
plaza de los Apóstoles. Una calle llena de zocos, corralas y tiendas que
servían a los habitantes de la ciudad. Cerca de la iglesia se han encontrado
restos de lo que pudo haber sido una corrala de época andalusí. Este elemento,
junto con las numerosas viviendas excavadas, así como la presencia de al menos
un baño público (destruido en los años 50), hacían de San Pedro un próspero barrio
medieval ordenado en torno a esta calle y su mezquita.
El principal elemento
de la plaza es la iglesia de San Pedro. Una iglesia reedificada
en el barroco (primer tercio del siglo XVII) que está construida sobre el solar
de otro templo medieval que, a su vez, ocupó el espacio de una antigua mezquita
convertida en iglesia tras la toma de la ciudad por Jaime I en 1266. Lugar de
enterramiento de la noble familia de los Saavedra, en su interior destaca su
capilla mayor y el monumental retablo obra de Nicolás de Rueda con esculturas
de Francisco Salzillo y Roque López. El camarín muestra la imagen del titular
realizada por Salzillo. La iglesia es la sede de la Cofradía del Cristo de la
Esperanza, que sale en procesión el Domingo de Ramos.
Nos ponemos en marcha
y nos dirigimos por la calle San Pedro hacia la Plaza de San Julián. Nada más
dejar la plaza de San Pedro a nuestra izquierda vemos un estrecho callejón, el callejón de los
Desamparados. En esta calle, poco concurrida, se colocó una imagen
de la Virgen de los Desamparados con farolillos, que alumbraban el lugar y
facilitaba a los vecinos el paso. En el siglo XIX se estableció el Hospicio de
los Desamparados que después pasó a ser la Posada del Hospicio. Un lugar que
fue derribado hace años y del que hoy solo queda el nombre.
Llegamos a la Plaza San
Julián. Un lugar de mucha historia donde hubo hasta el siglo XVII un
Hospital de Peregrinos fundado por el Obispo Rojas y que posteriormente fue
absorbido por el de Santa María de Gracia.
Dejamos la plaza
atrás y seguimos nuestra ruta, a la izquierda vemos el Mercado de Verónicas. Una de las
principales plazas de abastos de la ciudad que toma su nombre del antiguo
Convento de Verónicas. Un singular edificio modernista obra del
arquitecto murciano Pedro Cerdán construido entre 1912 y 1916. Además de
Mercado de Verónicas, se le conoció también como Mercado del Oeste o Mercado de
la Verdura.
A continuación del
Mercado de Verónicas está el Plano de San Francisco. Esta gran explanada debe su
nombre al desaparecido Convento de San Francisco establecido allí desde 1280 por privilegio real.
Si queréis conocer toda la historia de este magnífico edificio pinchad el enlace.
Y un poquito más
allá, el Jardín
del Malecón y el Paseo del Malecón. El jardín fue hasta no hace
mucho propiedad privada, ya que era huerto de varias casas y jardín del
Convento de San Francisco y del Colegio de la Purísima. El paseo del Malecón se
construyó en el siglo XVIII para proteger a la ciudad de las subidas del río
Segura.
Pero nosotros vamos a
continuar nuestro paseo por la calle Verónicas, una estrecha calle situada a
la izquierda del Mercado de Verónicas. Donde nos encontramos la iglesia de Verónicas, único resto del conjunto
conventual fundado en 1566 bajo la regla de los terciarios de San Francisco. En
la actualidad la antigua iglesia de San Salvador está desacralizada y se ha
convertido la planta de la iglesia en sala de exposiciones.
En febrero de 1985 se
aprobó la demolición del convento por el estado de ruina en que se encontraba.
Durante el proceso de demolición, en enero de 1986, apareció un tramo de muralla árabe con un torreón en uno de los lados,
que había servido como muro de carga en una de las paredes del convento. En
Verónicas se conserva la muralla, ante muralla y un torreón que data del siglo
XII. Es uno de los restos de la muralla mejor conservados.
Un poquito más
adelante está el Palacio Almudí pero nosotros vamos a girar hacia la izquierda
en la calle
Arco de Verónicas. Esta calle perteneció al conjunto arquitectónico
del Convento de Verónicas, siendo un arco de paso sobre el cual tenían vistas
las religiosas. En el siglo XVII la antigua puerta de Verónicas, situada en la
muralla, se convierte debido a la expansión de la ciudad en el Arco de
Verónicas. Fue derribado por alineación de la calle en 1936.
La calle con la que
nos cruzamos es la calle Jara Carrillo, dedicada al poeta
murciano de principios del siglo XX. Su anterior nombre era calle de la Inquisición porque daba
servicio al palacio del Santo Oficio hasta 1820, en que desapareció al ser
abolida dicha institución. En la actualidad subsiste un fragmento de dicho
palacio que es sede del Colegio de Arquitectos
y fue hasta mitad del siglo XX, sede del diario El Liberal. Un edificio y una historia que bien merecen un futura
entrada, estad atentos.
Reproducción de una fotografía de 1920 de la calle Jara Carrillo con el palacio del Santo Cristo ocupado por el diario El Liberal |
Justo frente a
nosotros vemos un pequeño callejón, el callejón del
Arzobispo Simón López, también conocido como callejón de Bodegones. Una
pequeña calle con más de quinientos años de historia donde antiguamente estaban
las casas de comidas donde acudían los forasteros, los huertanos y los vecinos
en los días de mercado y fiesta a comer. Hoy en día sigue siendo un lugar lleno
de bares, restaurantes donde tomar una cañica y alguna que otra tapa.
Este callejón
desemboca en la conocida Plaza de las Flores y aquí es donde ponemos fin a
nuestro pequeño recorrido por el Barrio de San Pedro. Como siempre hemos
descubierto o redescubierto lugares preciosos de nuestra ciudad que espero que
os hayan gustado. Aunque como suelo deciros se quedan muchas cosas en el
tintero, así que seguro que esta ruta tiene continuidad próximamente.
Muchas gracias por
estar ahí y por supuesto nos vemos por Murcia.
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Me ha encantado esta entrada sobre mi barrio de adopción, nací en San Antolin pero forme mi familia en San Pedro. Lo cuentas todo con tanto detalle que siempre nos quedamos con ganas de más. Gracias y un beso
ResponderEliminarGracias a ti siempre. Es un barrio muy bonito con mucha historia y con tantos detalles que bien merecen una próxima entrada. Un besazo grande.
EliminarLa cantidad de historias que se esconden es este pequeño barrio. Un saludico.
ResponderEliminarMuchas veces pasamos por los sitios de puntillas y sin fijarnos bien en los detalles. De vez en cuando está bien abrir los ojos y descubrir nuevas historias y curiosidades. Un besazo Paco.
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