¿Habíais
oído alguna vez hablar de la maldición que pesa sobre el Teatro Romea? Hoy hace
exactamente 139 años del primer incendio del Teatro Romea, hoy hace 139 años
del inicio de una maldición que todavía no ha
terminado.
Durante
muchos años el pueblo murciano venía pidiendo que se construyera un teatro. Por
fin en 1842 se inician las gestiones para su construcción. Una de las
cuestiones más importantes es su ubicación, después de buscar el lugar más
adecuado para el teatro las autoridades se deciden por un solar contiguo al
Convento de Santo Domingo propiedad de la iglesia. Un
solar en el que no había más que huertos, jardines y un cementerio de frailes.
Los
arquitectos Carlos Mancha y Diego Manuel Molina serán los encargados del
proyecto y posterior construcción. El presupuesto inicial del nuevo teatro fue
de 32.000 duros, tenía un aforo de entre 1300 y 1600 espectadores y su fachada
daría a la Plaza del Esparto, actual Plaza del Romea.
Tras
cinco años de obras el resultado fue un edificio de 64 metros de largo, 37 de
ancho y 15 de alto. El nuevo teatro se inauguró el
26 de octubre de 1862 con el nombre de
Teatro de los Infantes. La encargada de su inauguración fue la reina Isabel II
y la primera obra que se representó fue La
Cruz del Matrimonio aplaudida comedia de Luis de Eguilaz, por la compañía
del ilustre actor Julián Romea.
El
6 de octubre de 1868 debido al triunfo de la Revolución el ayuntamiento decide
cambiar el nombre del teatro, Teatro de la Soberanía Popular sería su nueva
denominación. Finalmente en 1872 el teatro pasa a
llamarse Teatro Julián Romea, en honor al insigne actor murciano.
Los
años trascurrían, las representaciones pasaban, el teatro era el orgullo de los
murcianos, un enclave importante en la vida murciana, un lugar para el
encuentro social, el lucimiento del vestuario y el discreto coqueteo, para
gozar de la zarzuela, del drama, de la comedia...
La noche del 8 de febrero de 1877 una vez terminada la representación de
la obra El año que pasó del murciano
Ricardo Sánchez Madrigal se declara un incendio en
el teatro. Parece ser que una de las bengalas que se utilizaban en la
representación no se apagó bien, desatándose un terrible incendio que destruyó por
completo la sala de representaciones y que afectó parcialmente al resto del
edificio.
Diario La Paz de Murcia, 9 de febrero de 1877 |
Así
lo recogía el Diario La Paz de Murcia
en su edición del 9 de febrero de 1877:
Indudablemente alguna
chispa de las bengalas quemadas en la noche del miércoles debió quedar oculta
ya entre los bastidores, ya en el foso del escenario, o bien en cualquier otra
parte de las muchas donde con tanta facilidad podía arder todo.
El fuego debió de ser
muy silencioso en un principio, cuando no llamó la atención de los que están
obligados a pasar un escrupuloso examen, después de concluida la representación;
[...]
Y cuando ya era todo
casi imposible, cuando el fuego salía por todos lados, cuando la cubierta de la
parte del escenario se hundía con un ruido espantoso, entonces las campanas
llamaban prontamente, la gente acudía desolada, las autoridades civiles y
militares, el cuerpo de bomberos y muchos de los aguadores se precipitaban en
el sitio del siniestro y toda la población se apercibía de la ruina de nuestro
teatro.
Nunca
se supo con total certeza la causa del incendio. Pudo haber sido la bengala mal
apagada pero durante mucho tiempo circuló el rumor de que había sido un
incendio provocado. Incluso algunos murcianos
comenzaron a hablar de la maldición que había caído sobre el edificio
por la expropiación de los terrenos a los Dominicos.
El
teatro permaneció cerrado durante tres años, años en los que bajo la dirección
del arquitecto Justo Millán se llevaron a cabo las obras de reconstrucción. El
11 de diciembre de 1880 el Teatro Romea volvía a abrir sus puertas.
Teatro Romea antes del incendio de 1899. Foto: Archivo General Región de Murcia. |
El segundo incendio se produjo la tarde del 10 de diciembre de
1899,
durante la actuación de la compañía de Ricardo Sendra. El teatro estaba en esta
ocasión repleto de espectadores. De repente se vio una
especie de relámpago en la parte superior del escenario. La descarga
eléctrica produjo fuego en el escenario, los actores gritaron que no pasaba
nada que mantuvieran la calma y la orquesta siguió tocando con lo que en los
primeros momentos se mantuvo la calma.
Los
espectadores comenzaron a abandonar el teatro con tranquilidad hasta que se vio arder una
de las bambalinas y propagarse la llama. De pronto cayó ardiendo uno de los
telones y entonces fue cuando los espectadores, los artistas y los músicos,
salieron corriendo hacia la salida. Por suerte la aglomeración no era mucha y
poco a poco pudieron ir saliendo todos. Aunque también se vivieron escenas dramáticas.
Noticia del incendio en el Heraldo de Murcia, 11 de diciembre de 1899 |
En
cuatro minutos de desconcierto y caos quedó desalojado el edificio, mientras el fuego devoraba butacas, plateas y palcos. Se fue
la luz en el teatro lo que hizo que se produjera un apagón de carácter general
en la cuidad. Poco a poco se fue comprobando que no quedaba nadie dentro. Pero esta vez el teatro sí se cobró una víctima,
Antonio Garriguez Domenech, un joven unos 17 años hijo de Ramón Garriguez (empleado
de la maquinaria) que quiso volver a entrar una vez a salvo para recoger una
manta.
Los
bomberos trabajaron 24 horas seguidas para apagar el fuego. Gracias al esfuerzo
de todos el teatro pudo salvarse parcialmente. En esta ocasión se dijo que la causa del incendio había sido por la combustión del un
manojo de cables del alumbrado eléctrico y el relámpago que el público
había visto no era otra cosa que una descarga eléctrica.
Como
detalle curioso decir que esa noche estaba prevista la representación de la
obra Jugar con Fuego de Ventura de la
Vega y Barbieri.
Al
poco se iniciaron las obras de reconstrucción, el encargado fue de nuevo el
arquitecto Justo Millán. La reinauguración tuvo lugar el 16 de febrero de 1901.
En
1985 el Teatro Romea cerró de nuevo sus puertas para actualizar la maquinaria,
instalar calefacción, nuevos sistemas iluminación. La noche del 7 de febrero de
1988 la Reina Sofía presidía el acto de inauguración.
En
noviembre de 2007 el Romea cerró sus puertas para su última remodelación, las
obras duraron cuatro largos años. Una remodelación que le ha dotado con mejores
condiciones técnicas y funcionalidad, mayor confortabilidad gracias al nuevo
patio de butacas y a la instalación de aire acondicionado.
Con el segundo incendio de nuevo volvió a salir a la luz el tema
de la maldición de los Dominicos. Se decía que la ira de uno de los frailes
por la expropiación de sus terrenos se había convertido en una maldición contra
el Teatro Romea.
El fraile profetizó que tres incendios se producirían sobre
lo que allí se edificara. En el primero no habría ninguna víctima; en el
segundo moriría una persona; y en el tercero de los incendios, cuando el teatro
estuviera completo, todos morirían y el teatro quedaría destruido.
Desde
entonces y para impedir que se cumpla la maldición se dice que siempre se dejan
una o dos entradas sin vender para que el aforo del teatro nunca esté completo
y evitar así el tercer incendio.
Muchas
gracias por estar ahí, nos vemos por Murcia.
Fuentes:
La maldición del Teatro Romea,
Benjamín Amo. Los dos incendios del
Teatro Romea de Murcia, Antonio Crespo. Diario
La Paz de Murcia. El Teatro Romea y
otros Teatros de Murcia, Juan Barceló Jiménez.
Sígueme también por aquí
Curiosa historia, tenia algo odio pero no con tanto detalle. Un saludico.
ResponderEliminarMuchas gracias Paco. Un besazo grande
EliminarOido, copin, oidoooooo, jodio corrector jeje.
ResponderEliminarSe entendía perfectamente, pero ante la duda... jajaja
Eliminar