¡¡Qué gusto da salir
de nuevo de excursión!! Coger el coche, alejarte de tu zona de confort y partir
a descubrir nuevos lugares, nuevas experiencias... Hace un par de fines de
semana aprovechando, como ya os propuse en esta entrada, que la Oficina de Turismo de Abanilla organizaba una visita guiada gratuita por
El Olivar de Abanilla con
degustación de aceite en una almazara incluida decidimos apuntarnos a la
excursión y de paso darnos una vuelta por Abanilla.
La ruta está muy
bien, os la recomiendo de verdad si os gusta la naturaleza, pasear rodeados de
olivos centenarios y conocer costumbres y tradiciones murcianas.
Pero como Mr.
Descalza y yo somos culos inquietos y cuando decimos de andar y pasear siempre es
a lo grande, nuestro plan era llegar temprano y darnos una vuelta por Abanilla antes de empezar la visita guiada. Y así de
paso preparar una rutica turística para vosotros.
La visita partía de
la gasolinera que hay al entrar al pueblo así que decidimos dejar ahí el coche
y comenzar nuestra particular visita a Abanilla desde allí. Ya volveríamos a
las 11 para reunirnos con todo el grupo.
Abanilla está situada
en la comarca del Nordeste (linda con la provincia de Alicante) de la Región de
Murcia y está a unos 28 kilómetros de Murcia. Tiene una población de unos 6.500
habitantes y una extensión aproximada de 235 km2. Se la conoce como la Palestina Murciana, ya que junto a sus ramblas,
aprovechando la escasa humedad de sus suelos crecen palmeras, formando pequeños
oasis. Paisaje de secano que contrasta con la riqueza de su huerta.
Cañaverales, juncos, paleras, palmeras, taráis y molinos hidráulicos
(actualmente en desuso) pueblan los tramos con agua del río Chícamo.
Su nombre deriva del
árabe Al-Bayada que significa la ciudad blanca. En el siglo XIII se la conocía
como Favanella, en valenciano, o cono Havanilla, en castellano.
Comenzamos nuestra
pequeña escapada subiendo por la calle Francisco Salzillo dirección a la Plaza
de la Constitución. En esta plaza está el Ayuntamiento,
un edificio civil del siglo XVIII, cuya construcción se realizó entre 1751 y
1762 durante el reinado de Fernando VI. Tiene una amplia arcada de piedra que
conserva ventanales, herrajes y molduras de la época. Tuvo función de Cárcel Real
y de Pósito, cuya puerta de acceso ha sido recientemente descubierta en la
parte sur.
Una vez en el centro
de la plaza si giramos la vista hacia la derecha veremos la imponente imagen
del Sagrado Corazón de Jesús situada en el
Lugar Alto. A los pies del Cristo observamos una autopista de escalones que a
nosotros particularmente nos decía subid, subid. Y eso hicimos subid, aunque reconozco
que llegando ya casi arriba me faltaba un poco el aliento.
Otra opción para
subir más cómoda, las vistas merecen la pena os lo aseguro, es hacerlo paseando
(eso sí las cuestas no nos las quita nadie) por las estrechas callejuelas de
origen medieval que nos llevaran hasta el Lugar Alto.
En este caso nos
encontramos nada más salir de la plaza con la Fuente
de la calle Mayor. Sus aguas son de origen termal, fluyen a una
temperatura de 20ºC pero ¡ojo! no son potables. La fuente está decorada con
llamativos azulejos pintados por Lario que representan a las gentes de Abanilla
en romería acompañando a su Patrona y nos recuerdan el antiguo trabajo del
esparto, principal motor económico de la población hasta los años sesenta.
Seguimos subiendo,
dejamos a la izquierda el Cuartel de la Guardia Civil y un poquito más arriba a
la derecha tomamos la calle Subida al Castillo y en seguida llegamos hasta la
imagen del Sagrado Corazón de Jesús. En el Lugar Alto también encontramos los
restos de la Alcazaba musulmana o castillo construido
probablemente sobre restos romanos. Debió tener una superficie aproximada de
6.000 m2. Sus restos arqueológicos fueron catalogados como Bien de Interés
Cultural por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte en 1997.
Y ahora después de
contemplar las magnificas vistas que rodean Abanilla comenzamos a bajar las
escaleras que como ya sabemos nos conducen hasta la plaza del Ayuntamiento.
Desde aquí
continuamos hasta nuestra próxima parada, la Iglesia
Parroquial de San José. La Orden militar y religiosa de Calatrava la
mandó construir a finales del siglo XVII, siendo consagrada al culto en 1712
por el Obispo Belluga. Sobre cada una de las puertas de acceso podemos ver
esculpida la Cruz de Calatrava. Si el exterior es sobrio el interior es todo lo
contrario, destaca el Altar Mayor. Un altar del siglo XVIII compuesto por
columnas salomónicas, querubines y rica imaginería, un conjunto que otorga a
este retablo una belleza singular.
Justo enfrente de la
iglesia observamos una casa solariega del siglo XVII, en la que se alojaba el
Comendador de la Orden de Calatrava quien administraba los impuestos cobrados a
la población en la casa de La Encomienda. Tras la desamortización la Casa Cabrera, que así es como se llama, pasó a
manos privadas. En su fachada barroca destaca el escudo de armas de los Cabrera
y una pequeña imagen de la Virgen de las Angustias.
A continuación de la
iglesia y de la Casa Cabrera está la Plaza de la Purísima, el centro de la
plaza está presidido por el monumento que conmemora las Fiestas de Moros y Cristianos (declaradas de Interés Turístico
Regional). La talla en piedra está realizada por el artista local Cayetano
Ramírez López en 2005.
En una esquinita de
la plaza vemos un estrecho callejón que nos conduce al lavadero
público uno de los pocos que se conservan en nuestra región. El agua que
recibe el lavadero son las mismas que las de la Fuente de la calle Mayor y data
al igual que la fuente de 1880. Ha sufrido diversas transformaciones a lo largo
de su historia, siendo la más importante la de 1929. Está decorado con azulejos
que representan escenas de la vida cotidiana de las mujeres que lo usaban.
Volvemos sobre
nuestros pasos, pasamos por delante de la iglesia de San José y bajamos
paseando por las calles estrechas de su casco histórico herencia de su época
medieval, y nos dirigimos hacia la Casa de la
Encomienda. Un edificio del siglo XVII de dos plantas donde el
Comendador de la Orden de Calatrava recaudaba los impuestos a los lugareños. En
el subsuelo de la planta baja existieron unas tinajas de barro de metro y medio
de altura en las que se guardaban los cereales, el vino y el aceite de loa
diezmos que percibía La Encomienda. En la actualidad se emplea como edificio
municipal donde se encuentra la Biblioteca, un Salón de Actos y oficinas
municipales.
Muy cerca encontramos
la Casa Pintada, una casa solariega del
siglo XVI llamada así por su fachada de color ocre en la que destaca su portada
con un friso rectangular, pináculos rematados en bolas y blasón familiar. Las
columnas de las ventanas son posteriores al resto de la fachada, son de
principios del siglo XX.
Un lugar con mucha
historia y tradición, con calles estrechas por las que perderos una mañana, con
gentes maravillosas. A mi desde luego me han tratado siempre genial. Un lugar
al que volver de vez en cuando.
Muchas gracias por estar ahí y por supuesto nos vemos por Murcia.
Fuentes: Web del Ayuntamiento de Abanilla, Murcia Turística.
Sígueme también por aquí
Buena rutica, recuerdo esas escaleras a cuyos pies poníamos nosotros los sábados el puesto en el mercadillo y seguramente vuelva un día de estos a hacer esa rutica que nos has regalado. Un saludico.
ResponderEliminar¡¡Anda qué curioso!! Precisamente era sábado y los puestos del mercadillo estaban en la plaza del Ayuntamiento y otras calles cercanas. En la foto del Ayuntamiento los puedes ver, de hecho para hacer algunas fotos tuve que hacer malabares para que no salieran los toldos de los puestos. Un besazo
EliminarLa distancia de Murcia capital a Abanilla centro urbano no es de 40 Km, sino de 28 Km.
ResponderEliminarMuchas gracias por la aclaración Eugenio. La referencia que he tomado es del Google Maps y era la distancia que me marcaba desde el centro de Murcia hasta el Ayuntamiento de Abanilla por carretera. Claro que no es lo mismo la distancia entre los dos municipios que los kilómetros que haces para llegar hasta allí por carretera. Muchas gracias de nuevo por tu comentario.
Eliminar