Como todos los meses
por estas fechas llega al blog la sección Conoce Murcia de la A a la Z, mi pequeña
contribución al gran proyecto que organiza Laura en su blog Miss Lavanda, el Proyecto de la A a la Z.
Como gran
protagonista de este mes de octubre tenemos a la letra N. Una letra N que nos descubre
el edificio de los Nueve Pisos, el primer rascacielos murciano.
El edificio de los
Nueve Pisos está situado en la calle Acisclo Díaz (antigua calle Acequia) haciendo
esquina con el callejón Burruezo frente al Palacio de San Esteban. Ocupa un
solar con mucha historia pues en este mismo lugar estuvo el Colegio-Seminario jesuita de Nuestra Señora
de la Anunciata, construido por maestros relacionados con las obras del
Palacio Episcopal hacia 1748.
La expulsión de la
Compañía de Jesús por parte de Carlos III en 1767 supuso el fin del Colegio de
la Anunciata, destinándose en 1776 como sede de la Real Fábrica de Sedas a la Piamontesa, primera fábrica de seda de
Murcia.
Se siguen conservando
algunos restos de estos edificios, la portada rococó de la Real Fábrica de la
Seda se encuentra conservada en esta casa de los Nueve Pisos junto con el
claustro que perteneció a la Anunciata que también se conserva en los bajos y
patio de luces.
El empresario José García
Martínez, conocido por los murcianos como Garcisolo por su fama de hombre solitario, compró el edificio de la
Real Fábrica de la Seda a Juan López-Ferrer con la intención de instalar en él todos
sus talleres y negocios. Por eso el edificio tiene ese aspecto tan industrial.
El encargado de
llevar a cabo este proyecto fue el
arquitecto José Antonio Rodríguez, uno de los arquitectos modernistas más
famosos de su época. Las obras se iniciaron en 1914 y finalizaron en 1941.
En
principio la idea era construir un edificio de cuatro plantas. El problema surgió cuando
al terminar la cuarta planta el empresario se dio cuenta de que le molestaba el
humo que desprendía la chimenea de una fábrica de sombreros vecina. García
Martínez intentó comprar la fábrica pero el propietario se negó. Así que
terminó pidiendo al arquitecto que aumentara hasta nueve el número de plantas.
El arquitecto no se quiso arriesgar a construir un edificio de nueve plantas
con los cimientos que ya habían construido y abandonó el proyecto.
El empresario instaló
finalmente en la terraza un cartel de Industrias
García y cada planta del edificio lo
dedicó a cada uno de sus negocios: una fábrica de vino de naranja, otra de
caramelos y golosinas, una panificadora, una fábrica de seda, una de hijuelas,
una fábrica de belenes y una de juguetes. Además de un almacén de cristales y
un taller de soplado de vidrio. En la última planta estableció su residencia.
El edificio contaba
además con un gran ascensor, el
segundo que se instalaba en Murcia. Como fallaba tanto García Solo se veía
obligado constantemente a subir a pie los doscientos peldaños de escalera que
había hasta su vivienda.
Finalmente debido a
la crisis económica que provocó la Guerra Civil el edificio pasó a convertirse en un edificio de viviendas. Esto
hizo que sufriera una nueva adaptación.
Los restos se han
declarado Bien de Interés Cultural (BIC) y el edificio está catalogado dentro
del Plan Especial del Conjunto Histórico-Artístico de Murcia desde 1982.
Desde luego hemos
comprobado que se trata de un edificio con mucha historia. En la próxima
entrega de Conoce Murcia de la A a la Z la letra protagonista será la Ñ, a ver
que se me ocurre porque ¡¡¡qué letra más complicada!!!
Gracias por estar
ahí, nos vemos por Murcia.
Empresarios emprendedores de esos nos hacían falta hoy y muchos jeje. Un saludico.
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