¡Qué gusto da de vez
en cuando desconectar de todo! No me digáis que no, hay días que apetece hacer
cosas que se salen de la rutina y para mí si eso implica viajar y conocer
sitios nuevos mejor que mejor.
Por eso si te
levantas una mañana de domingo con ganas de hacer algo diferente y te llama tu
hermana para decirte si te vas de excursión con ella, esa mañana se convierte
en una mañana divertida y muy entretenida vayas donde vayas y hagas lo que
hagas.
Y así fue como una
soleada mañana de domingo nos fuimos Raquel, Mila y yo de excursión por el Valle de Ricote.
Hacía una mañana estupenda, de esas que invitan a salir, a coger el coche y a
recorrer Murcia para conocer sitios nuevos.
Después de recorrer
un poco el Valle con el coche nos dirigimos a Ojós, un pequeño pueblo de unos
600 habitantes situado en pleno corazón del Valle de Ricote a unos 30
kilómetros de Murcia y conocido como la Palestina
de Murcia por ser una de las zonas de la Región donde se mantienen puros
los rasgos moriscos.
Su nombre procede de Oxós, del árabe huxus que significa los
huertos. Tiene un origen incierto, pero hay datos que lo sitúan en épocas
prehistóricas. En el Salto de la Novia, paraje
que divide Ojós de la vecina Ulea, existen indicios de un asentamiento íbero
que fue arrasado posteriormente. Lo que sí se sabe es que a partir de 1281 ya
se le conoce con el nombre de Ojós. Desde 1285 hasta mediados del siglo XIX
perteneció a la Orden de Santiago, integrado en la Encomienda del Valle de
Ricote.
Lo primero que
hicimos al llegar fue dirigirnos hacia la plaza del
Ayuntamiento, de ahí bajamos hacía el río por la calle Sargento
Melgarejo y llegamos al puente colgante. Nos
detuvimos un rato a contemplar el magnífico paisaje que nos rodeaba y
continuamos nuestra ruta. Cruzamos el río por el puente colgante y nos
dirigimos por el Paseo de las Palmeras hacia
el área recreativa de Ojós.
Una vez aquí volvimos
a cruzar el río por la presa y nos dirigimos hacia el antiguo lavadero público. Un lugar donde todavía muchas
mujeres del pueblo siguen bajando a lavar la ropa mientras hablan de sus
cosas.
Dejamos el lavadero atrás y nos sumergimos en un laberinto de calles estrechas llenas de macetas con coloridas flores y plantas diversas que nos hicieron sentir que viajábamos a otra época.
Dejamos el lavadero atrás y nos sumergimos en un laberinto de calles estrechas llenas de macetas con coloridas flores y plantas diversas que nos hicieron sentir que viajábamos a otra época.
En medio de estas
callejuelas descubrimos algunas casas solariegas
que conservan en sus fachadas el escudo nobiliario de sus orígenes, como el de
la familia Masa y Pérez. Así como balcones y forjados que se reparten por las
estrechas callejuelas del pueblo.
Salimos entonces a una
plaza donde está la iglesia de San Agustín,
de estilo mudéjar y creada por bula papal en 1505. Fue reconstruida en el siglo
XVIII con estilo barroco. De la primera iglesia del siglo XVI no se conservan
más que unas tablas decoradas cerca del órgano: en las que están completas
puede observarse a Eva en el Paraíso, la Adoración de los Reyes o la Circuncisión. Contiene tesoros de eucaristía, imaginería de inspiración salzillesca, destacando: Señor crucificado, el Nazareno, La Dolorosa y el Cáliz de Oro.
Para finalizar
nuestro recorrido nos fuimos a buscar el auditorio,
que parece un teatro romano y el Jardín del Peñón.
Y de vuelta ya al coche paramos a comprar un postre muy típico de Ojós, los bizcochos borrachos.
Resumiendo una
estupenda mañana en buena compañía y rodeadas de un paisaje increíble. El sonido
del agua nos acompañó toda la mañana, al igual que el verde de las palmeras y
de los árboles frutales.
Seguramente muchas
cosas se han quedado en el tintero, la historia del Salto de la Novia que es
muy interesante, el Azud de Ojós, sus tradiciones de Semana Santa, el Museo de Belenes del mundo… Pero eso será otro
día.
Muchas gracias por estar ahí y por supuesto nos vemos por Murcia.
Bonico pueblo, yo lo recorrí de pasada en la bici, pero a pie se "respira" mejor jeje. Un saludico.
ResponderEliminarHola Paco. Muchas bicicletas nos cruzamos ese día, lo importante es salir y disfrutar de los buenos momentos.
EliminarUn beso
Belén