Murcia Descalza: Las leyendas de La Baltasara y La Cueva de la Cómica

He de reconocerlo, me he aficionado a estas trágicas historias murcianas y sé que a vosotros también os encantan. De vez en cuanto hay que evadirse de la realidad y disfrutar de estas extrañas y curiosas leyendas que nos ha dejado la historia de nuestra ciudad. Como siempre os digo ¿leyenda o realidad? Tal vez una mezcla de ambas cosas pero sin duda entretenidas e interesantes.

La historia de hoy, en realidad son dos historias que por su similitud se han mezclado en muchas ocasiones y se han fundido en una sola. Yo os voy a hablar de las dos por separado, primero una y luego la otra para no liarnos.

Son dos leyendas muy parecidas, las dos tienen como protagonistas a actrices muy famosas de la época que lo dejan todo en el punto más álgido de su carrera, desaparecen sin dejar rastro y… mejor os lo cuento todo con más detenimiento y detalle. Empiezo con la primera leyenda y así os enteráis de todo mucho mejor.

Nuestra primera protagonista es Francisca Baltasara de los Reyes, nacida Ana Ruiz, más conocida como La Baltasara. La Baltasara fue una actriz madrileña del siglo XVII especializada en papeles de hombre. De ella se han llegado a escribir coplas como esta:

Todo lo tiene bueno la Baltasara,

todo lo tiene bueno, también la cara.

Francisca se inició en la compañía de teatro de Heredia y allí conoció a su marido Miguel Ruiz, un actor que interpretaba los papeles de gracioso, y con el que montó su propia compañía. Se dice que esta relación más que amorosa era por negocios, ella atraía al público y él la protegía y llevaba las cuentas del negocio.

Una actriz de mucho talento y de mucha belleza que un día de repente desapareció, dejó su artístico mundo y se retiró a una ermita cerca de Cartagena, dedicada a San Juan Bautista. Allí vivió una vida ermitaña muy espiritual, dedicada a la oración. Murió joven y se dice que cuando lo hizo sonaron las campanas de manera espontánea.

Este retiro hizo que varios dramaturgos de la época, Coello, Zorrilla y Guevara, compusieran una obra teatral sobre la vida de La Baltasara que fue publicada en 1652, en el primer volumen de Comedias nuevas de los mejores ingenios de España. En 1665 el Papa Clemente IX tradujo y adaptó La Baltasara a comedia musical para marionetas con el título La Cómica del Cielo, pieza que fue representada durante el Carnaval de 1668 en el Palazzo Rospigliosi de Roma.

La otra protagonista de la entrada de hoy es Francisca de Gracia. Actriz con una historia parecida a la de La Baltasara. De hecho a veces se confunden y se mezclan ambas biografías.

Francisca de Gracia actriz de la compañía de Andrés de Claramonte y casada con Juan Bautista Gómez. Junto con la compañía de teatro estuvo actuando en Murcia por un tiempo. Francisca trajo consigo un espectacular ajuar, antiguas joyas y hasta muebles de maderas nobles.

Francisca era una gran actriz, todas las noches se llenaba el teatro y los vítores y aplausos no cesaban durante su actuación.

Pero Francisca no era feliz con esta vida. Todos los sábados al amanecer acudía a la Catedral a oír misa hasta que una mañana Francisca tuvo una visión. En ese mismo instante pidió permiso al Cabildo Catedralicio para abandonar su disipada vida y retirarse a una cueva en el Santuario de la Fuensanta. Permiso que le fue concedido al día siguiente.

Desde 1610 hasta 1638 estuvo dedicada junto con su marido a la oración en la cueva conocida como la Cueva de la Cómica o de la Comediante. Antes de retirarse a la cueva Francisca donó todo su dinero, joyas y vestidos a la Virgen y al Santuario.

Según cuentan en el mismo momento de su fallecimiento un pastor escuchó un gran estruendo y vio salir un escuadrón de ángeles del interior de la cueva.

Dos historias muy parecidas de dos actrices que sintieron la llamada de la oración y abandonaron los escenarios y el aplauso del público para convertirse en eremitas y vivir en una pequeña cueva apartadas del mundanal ruido.

Muchas gracias por estar ahí y por supuesto nos vemos por Murcia.