Alcanzamos la mitad
del mes de junio y llega de nuevo la sección Conoce Murcia de la A a la Z,
como ya sabéis es mi pequeña contribución al Proyecto de la A a la Z del blog Miss
Lavanda.
La protagonista de
este mes de junio es la letra S. Una letra S que nos presenta una dramática
leyenda que tiene lugar en una de las zonas más bonitas de nuestra Región. Y es
que nuestra protagonista de hoy es el Salto de la Novia.
El Salto de la Novia se
encuentra situado en pleno Valle de Ricote
en el paraje que divide Ojós de su vecina Ulea. En este lugar se alza un
peñasco sobre las aguas del río Segura que en esta zona discurre encajonado
entre peñas y acantilados. Una zona con mucha historia y que ha sido habitado
por diferentes culturas.
En este lugar durante unas excavaciones realizadas entre los años 1970 y 1972 fue descubierto un poblado romano datado entre los siglos IV y V dC. Los restos encontrados se pueden visitar en el Museo Arqueológico de Murcia.
En este lugar durante unas excavaciones realizadas entre los años 1970 y 1972 fue descubierto un poblado romano datado entre los siglos IV y V dC. Los restos encontrados se pueden visitar en el Museo Arqueológico de Murcia.
El nombre de esta
zona se debe a una leyenda de la época de la
Reconquista. Por lo que he podido leer existen varias versiones de la
misma historia, unas más dramáticas que otras pero todas con una misma
protagonista, una bella doncella prometida a un joven cristiano.
Según cuenta la
leyenda allá por el siglo XIII un moro principal se
encaprichó de una joven y bella cristiana. Cuando el novio de la joven
se enteró del acoso que sufría la joven por parte del rico musulmán decidió
llevársela lejos para evitar que este la secuestrara.
Al descubrir el moro
que la joven había huido junto con su prometido reunió
un grupo de hombres y salió en su busca. Después de una noche entera
galopando y huyendo finalmente los perseguidores dieron caza a la joven pareja.
Una lucha encarnizada se desató en el Valle, el valeroso cristiano se enfrentó
a los infieles y lucharon a muerte. Pero la lucha era desigual, los moros eran
muchos y no tardaron en dar muerte al joven
enamorado.
La doncella cristiana
al ver la terrible suerte que había corrido su prometido escapó a lomos de su
caballo en un intento desesperado por salvar su vida. El moro corrió de nuevo
en su busca, comenzando así una aterradora
persecución. Los caballos saltaban de roca en roca, subían al galope por
las laderas, bajaban a la orilla del Segura…
El caballo del moro
poco a poco acortaba distancias con la joven. Hasta que llegaron a la cima de
un peñasco, la joven no tenía escapatoria,
delante de ella había un gran precipicio pero a sus espaldas se oía el relincho
del corcel moro que se acercaba a toda velocidad. La joven novia valiente como
era tomó una drástica decisión que salvó su vida, espoleó
a su caballo y saltó al otro lado pudiendo así escapar sana y salva.
Cuando llegó hasta la
cima el moro no le quedó más remedio que parar en seco para no caer por el
precipicio. Dice la leyenda que aún se pueden ver en la roca las marcas de donde el caballo moro puso los cascos.
Y hasta aquí esta
famosa leyenda del Valle de Ricote. Como os he dicho antes existen varias
versiones de ella pero esta es la que más me ha gustado por la valentía de la
joven, porque las mujeres lo valemos y aunque lo siento por el joven enamorado está
comprobado que no necesitamos a nadie que nos saque las castañas del fuego.
En la próxima entrega
de Conoce Murcia de la A a la Z la letra protagonista será la letra T. Una
letra que si no se me cruza otra idea por la cabeza nos traerá un elemento muy
importante de la fauna murciana.
Antes de despedirme
hoy quería comentaros que esta será la última entrada de los lunes. Durante un
par de meses solo publicaré los jueves, así que las propuestas para el fin de
semana de momento continúan hasta el mes de agosto. Por supuesto en septiembre
todo volverá a la normalidad, o por lo menos eso espero.
Gracias por estar
ahí. Nos vemos por Murcia.
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Vaya que suerte la de esta novia, en la versión que yo conocía el autor la mataba en el salto jeje. Un saludico.
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